Saturday, April 6, 2019

El museo del traje


El Museo del Traje. Centro de Investigación del Patrimonio Etnológico, de reciente creación, es heredero de un largo pasado de acopio de colecciones y de trabajo de investigación y conservación. Ésta es la curiosa historia de una colección que ha cambiado de nombre a lo largo del tiempo:

-Su origen se halla en la Exposición del Traje Histórico, celebrada en 1925. Este evento reunió 348 trajes completos, 3914 prendas y elementos textiles, 668 fotografías y 237 acuarelas. Ya en el discurso inaugural el Conde de Romanones planteó la idea de convertir la exposición temporal en una permanente en el Museo del Traje.

-En 1927, por Real Orden, se creó una Junta de Patronato del Museo que debía hacerse cargo de los fondos de la Exposición de 1925, donados o adquiridos por el Estado, y formar con ellos el nuevo Museo del Traje Regional e Histórico (1927-1934).

-En 1934, se materializa la idea de crear otra institución, que recogiera las colecciones del existente Museo del Traje y atesorara, además, las tradiciones de nuestros pueblos. Como consta en el decreto fundacional, su finalidad consistía en guardar la memoria histórica de "Las obras, actividades y datos del saber, del sentir y el actuar de la masa anónima popular, perdurable y sostenedora, a través del tiempo, de la estirpe y tradición nacionales, en sus variadas manifestaciones regionales y locales, en que la raza y el pueblo, como elemento espiritual y físico, han ido formando nuestra personalidad étnica y cultural." (AMPE, I; 1935: 5).

El fondo inicial del nuevo Museo, el del Pueblo Español (1934-1993), se formó con las colecciones del anterior y las del Seminario de Etnografía y Artes Populares de la Escuela Superior de Magisterio, a las que se sumaron amplias series de objetos que los Patronatos Regionales adquirieron entre 1934 y 1936, con vistas al montaje inaugural.

Tras diversos cambios de sede, se trasladan las colecciones, en 1983, al edificio que actualmente ocupa, entonces, sede del Museo Español de Arte Contemporáneo. A partir de este momento, se le dota de personal y sus fondos se custodian en los almacenes del edifico, donde se conservan cuidadosamente organizadas y disponibles para la investigación.

-En 1993 se produce un nuevo acontecimiento: el Museo del Pueblo Español y el Museo Nacional de Etnología se unen en una sola institución, el Museo Nacional de Antropología (1993-2004). Sin embargo, ambos continuaron funcionando de manera independiente, sin unir capacidades y recursos, y las colecciones siguieron sin exponerse al público, a pesar de los numerosos proyectos planteados.

-Finalmente, en 2002, tras una reflexión general sobre el futuro del Museo, sin prescindir de las facetas investigadoras y de la preocupación por la interpretación global de la cultura, se decide potenciar la presencia pública de la colección de trajes, desde una perspectiva moderna. Se cierra así el círculo, con la creación del Museo del Traje. Centro de Investigación del Patrimonio Etnológico, en 2004, casi ochenta años después de la inauguración del Museo del Traje Regional.

-La nueva institución, en atención a la procedencia de una buena parte de sus colecciones, herederas del crecimiento natural del Museo del Pueblo Español, añade a su nombre un subtítulo: Centro de Investigación del Patrimonio Etnológico, que habla del respeto al patrimonio etnográfico y a la voluntad de continuidad e integración, con los siguientes objetivos científicos:
1. Mostrar, desde una perspectiva antropológica, la unidad y diversidad de las manifestaciones culturales en España.
2. Conservar, proteger y promover el conocimiento del patrimonio etnológico, integrado por todos aquellos testimonios que son, o han sido, expresión relevante de la cultura de los pueblos de España en sus aspectos materiales, sociales o espirituales.
3. Exponer de manera destacada la evolución histórica de la indumentaria, analizando sus implicaciones técnicas, sociales, ideológicas y creativas a través de la diversidad y el continuo cambio de las prácticas en el vestir. Se reúnen para ello las muestras materiales y elementos informativos necesarios, desde las más remotas épocas que puedan documentarse hasta la actualidad, con carácter permanente, convirtiendo al Museo en cronista de la evolución y logros del diseño de moda contemporáneo.
4. Potenciar la investigación en el ámbito del patrimonio etnológico español, convirtiéndose en un centro de referencia nacional e internacional, lo que configura al Museo como Centro de Investigación del Patrimonio Etnológico (R.D. 120/2004, de 23 de enero).

LAS COLECCIONES

Indumentaria histórica: escasas pero significativas piezas de los siglos XVI y XVII, entre las que se podría destacar un jubón femenino de finales del XVI. La colección del siglo XVIII posee excelentes ejemplos, tanto del traje masculino (una amplia y rica colección de chupas y chalecos), como del femenino (casacas y vestidos). Aunque el siglo XIX tiene una representación más limitada en el número de objetos, los diversos estilos del período están representados y el total de prendas, incluyendo los trajes castizos del ?majismo?, alcanza las 2500.
Indumentaria contemporánea: del siglo XX, más de 4.000 prendas, entre las que destaca el liberador Delphos de Mariano Fortuny. Del momento en que la Alta Costura alcanzó su máximo esplendor contamos con obras del maestro Balenciaga y los diseños de Pedro Rodríguez, Lino, Rosina, Natalio, Pertegaz y Elio Berhanyer, entre otros. Además, de los creadores en activo se han seleccionado obras que han ido marcando tendencias, como el singular vestido metálico de Paco Rabanne y la representación de un gran número de diseñadores actuales.
Indumentaria popular: una importante colección de toda España, formada por más de 5.000 piezas; casi todas de finales del XIX y comienzos del XX.
Textiles: un espléndido muestrario de tejidos en las piezas, desde el siglo XVI, a los que habría que añadir fragmentos de textiles de gran valor, como una tira copta o un tejido hispanomusulmán. La colección, formada por 9.000 piezas, se completa con encajes, bordados y pasamanerías, que cubren todos los ámbitos estilísticos, tanto cultos como populares.
Joyería: constituye una de las más destacadas señas de identidad del Museo. Aunque la mayoría de las piezas están vinculadas con aspectos tradicionales de la cultura española, también tienen cabida otras, representativas de las corrientes estéticas europeas de los dos últimos siglos.
Complementos: entre los que destacan sombreros de fines del XIX y principios del XX, sombrillas de encaje y guantes que abarcan desde el siglo XVII hasta hoy. Mención especial merece la serie de calzado, en la que sobresalen zapatos y chinelas femeninas del siglo XVIII.
Objetos relacionados con actividades económicas: 38.000 piezas ,aproximadamente, relacionadas con la agricultura, la ganadería, la caza, la pesca, el transporte tradicional, los oficios artesanos, las industrias caseras y los pesos y medidas.
Fondos de equipamiento doméstico: 19.000 objetos clasificables en dos grandes grupos. Por un lado, los preindustriales del ámbito rural y, por otro, los de mobiliario y los de fabricación industrial, asociados al mundo urbano.
Piezas relacionados con actividades lúdicas: 16.746, entre juegos tradicionales, de mesa (naipes, etc.), recortables infantiles, juguetes, etc. Además de instrumentos musicales, tanto populares como cultos.
La colección de religiosidad y creencias: más de 26.500 objetos, que abarcan más de cuatro siglos de historia. Su principal objetivo consiste en ofrecer un recorrido por la dimensión espiritual de la cultura española, tanto de las prácticas asociadas al catolicismo como las relacionadas con la superstición.
La colección de carteles: desde 1882 hasta la actualidad, y los fondos documentales, con importantes colecciones de fotografía como las de Ortiz Echagüe, Benito Frutos o Laurent.

LA EXPOSICIÓN PERMANENTE El traje no es sólo una forma de vestir el cuerpo, es también un complejo lenguaje con el que podemos expresarnos. A partir del vestido podemos conocer de aquél que lo lleva el oficio, el momento histórico al que pertenece, el contexto cultural, la procedencia geográfica, la pertenencia a un grupo social, su jerarquía dentro de él, e incluso, podemos llegar a percibir su estado de ánimo, siendo además un indiscutible objeto de seducción.
La exposición se ha estructurado en tres circuitos que se complementan. La comunicación entre ellos se realiza a través de zonas de paso, de cristal azul y de iluminación intermedia, para que el visitante, al cambiar de un área a otra, de diferente intensidad lumínica, pueda acomodar su visión.

El circuito principal: en el interior, desarrolla la historia de la indumentaria en España, encuadrándola en el contexto internacional y constituye el verdadero corazón del Museo. La iluminación tenue que exige la conservación de las delicadas colecciones de indumentaria y el diseño sereno y elegante de los elementos museográficos crean un ambiente tranquilo, propicio a la contemplación sosegada de las magníficas piezas y al disfrute de una visita relajante.
El comienzo de la historia del vestido se explica con medios audiovisuales y piezas arqueológicas, medievales y renacentistas. El grueso de la colección arranca del siglo XVIII, con ejemplos espectaculares de vestidos rococós y de estilo imperio. Continúa con las voluminosas siluetas femeninas del siglo XIX, conseguidas mediante el uso de miriñaques y polisones, para seguir con la liberación del cuerpo femenino en los vestidos de Paul Poiret y de Fortuny, un revolucionario creador español de nombre universal. Tras visitar la vitrina dedicada al New look, se continúa por la Alta Costura española, representada, entre otros, por Balenciaga, Pedro Rodríguez, Manuel Pertegaz y Elio Bernhayer, así como por la moda internacional, con Paco Rabanne, Courrèges, Versace, Chanel, por citar algunas reconocidas firmas, finalizando con los creadores españoles contemporáneos.
Dentro de este recorrido principal hay dos salas monográficas: la del Traje Regional y la de Fortuny, atendiendo a la particular importancia de ambas colecciones.
El segundo circuito: el Área Didáctica, que se desarrolla junto a la cristalera exterior, en un entorno luminoso y alegre, donde no se exhiben piezas originales, lo que ha permitido dar a este circuito un tratamiento informal, con predominio de elementos gráficos y fotográficos de gran formato. Está jalonado por una serie de módulos interactivos que desarrollan tres cuestiones fundamentales: żPor qué nos vestimos?, żCómo se hacen las prendas? y żQué forma tienen?.
El tercer circuito: ceñido a la cristalera del patio, recibe menos luz que la exterior y sirve para exposiciones temporales de piezas no textiles.
La museografía se completa con más de cuarenta producciones audiovisuales que amplían e interpretan el contexto de las colecciones expuestas, además de audioguías, folletos informativos (Guía abreviada, Folleto de sala...) y un puesto de consulta que informa al visitante sobre piezas y actividades programadas por el Museo en ese momento, en el pasado o en el futuro inmediato.

EXPOSICIONES TEMPORALES Uno de los objetivos del Museo consiste en la organización de exposiciones temporales, para lo cual se están habilitando las salas destinadas a este fin, que se inauguran en 2006.
Dichas muestras permitirán ir exhibiendo sucesivamente gran parte de sus valiosas fondos así como colecciones de otras instituciones. Igualmente, es muy frecuente el préstamo de piezas para exposiciones nacionales e internacionales, hecho que permite dar a conocer parte de las colecciones no expuestas y colaborar activamente con las actividades de otras instituciones.